La ventaja de conocer a la competencia By Psicóloga Ana Gil
- Posted by Ana Gil
- On 04/03/2019
Todos queremos tener una empresa que sea competitiva, tener la capacidad de generar una mayor satisfacción en los consumidores que se traduzca en rentabilidad. Poder ser rentables significa haber encontrado la forma de ofrecer un producto o servicio generando márgenes de ganancia significativos para la empresa, siendo amplia la diferencia entre los costos de producción o generación del servicio, y el ingreso que este genera. Pero por lo general llegar a esta fórmula no es tan sencillo, porque no somos los únicos en el mercado tratando de captar la atención de los posibles compradores, existen hoy en día para la mayoría de los servicios y productos una cantidad de competidores considerable, que en ocasiones ofrecen cosas muy similares por un precio mucho menor, o que construyen sus fortalezas en la innovación.
Esto hace el panorama de la competencia mucho más complejo, por tanto, nos definimos en función de la competencia, porque los clientes van a compararnos al momento de tomar la decisión de elegirnos o no. Para poder comprender qué es lo que pasa por la mente del consumidor al momento de la elección, tenemos que conocer a fondo nuestra empresa y a la competencia. Saber cuáles son las características que definen nuestro negocio, qué es lo primero que piensan las personas cuando le mencionan la empresa, el nivel de conocimiento que hay en el target sobre la marca, si estamos en el Top of Mind del consumidor, los aspectos positivos y negativos que derivan de la evaluación del producto o servicio. Una vez que tenemos esta información es fundamental poder contrastarla con la de la competencia y saber cuáles elementos debemos mantener, desechar o imitar.
Poner la lupa en el otro significa tomar ventaja sobre su desempeño, porque si llevamos un monitoreo constante de nuestra actividad y los competidores, sabemos leer los ritmos del mercado, combinarnos con los intereses del consumidor, marcar las nuevas tendencias, y lo más importante, no dejarnos opacar. En la medida que investigamos y conocemos nuestro negocio en su contexto de manera integral, podemos determinar cuáles son nuestras fortalezas, entendida como todos aquellos distintivos que nos hace mejores que el resto; nuestras debilidades, qué es lo que tenemos que optimizar o mejorar para poder tener un mejor performance en general; las oportunidades, que son los elementos contextuales que pueden ser aprovechados para cumplir un objetivo; y finalmente las amenazas, que son las situaciones que pueden constituir una causa de riesgo para nuestra empresa.
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